Jordi Guasch, nacido en Barcelona en 1965, se sintió profundamente atraído por los viajes desde su infancia, por lo que su vasta imaginación y lectura de libros le impulsó a imaginarse el protagonista de mil aventuras. Con el tiempo y su pasión por la aventura le llevó a recorrer diversos países llevado por el innato sentido de la improvisación, por las ansias de perderse en lugares desconocidos y experimentar la más absoluta libertad de acción.
Entre sus otras actividades profesionales cabe señalar la de dibujante, caricaturista, articulista, participante de diversos programas radiofónicos, DJ o la de su principal afición, la música Country que le ha llevado a estar preparando un ensayo sobre sus raíces.
La contraportada de su último libro publicado "Corrido del Güero Errante" (de Tarannà Edicions, 2006), aunque ya tiene escrito otro libro sobre la India, ya nos advierte que este no es un libro de viajes más. Y tiene razón, de sus páginas surgen las vivencias de un ser nada convencional, los amores místicos, las legendarias sirenas, los caminos perdidos, los paisajes imposibles, las personas más auténticas y las experiencias que sólo los grandes viajeros eternos como Herodoto, Marco Polo, Joseph Conrad, Chatwin, Winston Churchill, Kipling o Thor Heyerdahl son capaces de vislumbrar.
Jordi Guasch abandona los circuitos turísticos convencionales para, mochila al hombro y sombrero cowboy calado, descubrirnos una cosmogonía de lugares más allá de nuestra consciencia, leyendas asombrosas, historias maravillosas, y estelas emocionales que van detrás de nosotros hasta atraparnos el alma y conducirnos a ver los senderos de la vida a través de los ojos de su autor, a escuchar por sus oídos la escalofriante leyenda de Pascualita, a sentir su asombro al contemplar la ciudad incaica perdida de Machupichu, a vivir el amor con el goce de la primera vez y la libertad del que sabe que sólo está de paso.
Pero hay algo más que diferencia a Jordi Guasch del viajero convencional. Allí donde va: interactúa, funde sus vastos conocimientos y experiencias sobre filosofía, historia, música o arte con su entorno, expande su rica imaginación, dibuja a las gentes y les regala su arte, charla de todo lo inimaginable con pobres y ricos, matones, borrachos y lúcidos, artistas, indígenas, amantes, locos, niños y viejos, extravagantes, políticos, revolucionarios, médicos, taxistas, cowboys... Seres humanos que aparecen en su camino y que, si no fuera por este fantástico libro, quedarían diluidos en la memoria de Jordi Guasch.
Es un libro que conviene leer o regalar y que, a buen seguro, no dejará indiferente al lector. Por eso, y por sus fuertes conexiones con la música country, recuperamos una entrevista que hicimos a Jordi Guasch con motivo del lanzamiento de su libro:
Andoni Urkiaga: ¿Quien es Jordi Guasch: un nuevo escritor, un dibujante, un experto en música country, un filósofo de la vida, un ser espiritual, un outlaw, un fan del Barça...?, ¿cómo te definirías?
Jordi Guasch: Simplemente una persona con inquietudes henchida de curiosidad a la que no le atraen los convencionalismos y siempre busca algo original, diferente, para disfrutarlo y al mismo tiempo, ofrecerlo a los demás. Soy dibujante, me encanta el arte; me considero igualmente un enamorado de la country music que investiga sus orígenes y alguien que adora escribir. Soy culé pero finalizado el espectáculo futbolístico, apenas hablo del asunto. También me gusta mucho leer, relajarme con música renacentista, barroca, un vals, un nocturno de Chopin... y ver películas, sobre todo de cine clásico: Ford, Wilder, La Cava, Houston, Curtiz, Hawks, etc... Antes jugaba a hockey y me lo pasaba estupendamente pero ahora mi único deporte es caminar.
A. U. : ¿Cómo te sientes mejor, escribiendo o dibujando?
J. G : En 1821, desde Ravenna, tres años antes de morir, Lord Byron escribió a su amigo Thomas Moore estas palabras: "Si no escribo para vaciar mi mente, enloquezco"... Yo me permito hacer mía esta reflexión añadiendo: "Y si no dibujo".
A. U. : ¿Cómo surgió la idea de escribir este libro de viajes?
J. G. : Siempre que llegaba de un viaje, me reunía con mis amigos/as explicando mis aventuras como un moderno Simbad. Todos me decían que, por su condición de ser tan poco corrientes y hasta "novelescas" o cinematográficas, debías escribirlas y probar suerte en las editoriales. Pero yo todavía era reacio a ello, sobre todo porque aún estaba en el aire una relación sentimental con alguien muy presente a lo largo de toda la obra. Cuando concluyó el ciclo de los viajes que narro, mis padres me animaron a presentarme a un concurso literario...,que a juzgar por el libro ganador, respondía a una "estrategia" sujeta a los convencionalismos imperantes.
A. U. : ¿Por qué viaja Jordi Guasch? ¿qué es lo que te impulsa a averiguar lo que hay a lo largo del camino?
J. G : Viajo para descubrir nuevas sensaciones, entornos y culturas; por mi innato anhelo de vagar sin un rumbo establecido, sintiendo esa libertad de acción que implica el dejarme llevar por el instinto de improvisación. Lo importante no es la meta sino las variopintas situaciones que surgen por el camino. Me gusta la variedad, el saborear cada instante alejándome de un entorno sedentario y urbano que me impide disfrutar de la aventura en estado puro. Me gusta vagabundear, conocer distintos perfiles humanos, maravillarme ante la belleza de un paisaje, imaginar mil historias relacionadas con determinado lugar, hayan sido romantizadas por la historia o no. Quiero estar allí, sentir la atmósfera de esos lejanos enclaves que en muchos casos, arrastran una atrayente aura de misterio... El Carpe Diem está omnipresente en cada minuto de la improvisada travesía y la ilusión por la novedad reafirma esta filosofía.
A. U. :¿Qué es lo que más te impresionó de cada país que visitaste?
J. G : Los majestuosos lienzos que perfila la naturaleza; las curiosas personalidades de algunos personajes que conocí y las historias que relataban; la cultura en general. En cuanto a lo negativo, pues los niveles de pobreza, ignorancia y delincuencia. Me di cuenta de que en casi todos los rincones visitados, coexistían dos elementos inquietantes: alcohol y religión.
A. U. :¿En qué ha cambiado Jordi Guash tras sus viajes?
J. G : No he cambiado, continúo con mi personalidad de siempre y mi filosofía de la vida, sólo que ésta, a raíz de las experiencias y conocimientos adquiridos, se ha enriquecido enormemente reforzando conceptos como la tolerancia, la generosidad, la impotencia ante las desigualdades sociales, el asombro frente a costumbres que desconocía, la calidad espiritual de ciertos individuos alejados de las comodidades más materiales, etc...
A. U. :¿Dónde termina el viaje exterior y comienza el viaje interior?
J. G : Ambos están unidos en función de dos realidades: la toma de conciencia de uno mismo cuando se enfrenta a su verdadera alma (despojada de los apegos que acechan en la cotidianeidad burguesa) en momentos de extrema soledad y el contacto con personas que con sus palabras y acciones te ayudan a evolucionar interiormente.
A. U. :¿Cómo saber qué el viaje ha terminado?
J. G : El viaje interior jamás concluye porque anida en lo más profundo de mi inagotable imaginación. El viaje físico tiene su final cuando una "vocecita" me dice que no se puede ya alargar esa situación; que lo mejor, que aquello que más se recuerda está en los episodios más breves e improvisados. Yo soy un personaje errante que, de repente, irrumpe en la vida de unos lugareños interactuando en sus quehaceres diarios. Eso no puede durar mucho porque mi propio deseo de conocer ese valle que hay más allá del horizonte, me empuja irremisiblemente a cambiar de aires...,También debo confesar que soy lo que se dice "un culito de mal asiento"... No obstante, es tal mi capacidad de observación, asimilación e intervención, y mi facilidad para meterme en situaciones increíbles, que en poco tiempo recojo mucha información...
A. U. : El viajero siempre deja algo atrás, ¿qué se ha dejado Jordi Guasch en el camino de su vida y en sus viajes?
J. G : El recuerdo de instantes irrepetibles que reposan para siempre entre mis mejores recuerdos. Aquella cena al son de una hermosa melodía, aquel beso, aquella caminata ascendiendo una montaña; el compartir conversaciones, risas, sueños, con otras personas que han nacido amparados en unas culturas tan distantes de la mía. El hecho de que si vas con una actitud optimista y honesta, mucha gente se abre a ti de tal forma que hasta te revela sus más íntimos sentimientos. Me fascina compartir momentos con personas que acabo de conocer y muy posiblemente jamás volveré a ver. Esos instantes perdurar y sus protagonistas se hacen inmortales, tanto en mi memoria como en las páginas de mi libro.
A. U. :¿Somos tan diferentes los humanos de todos los países, o básicamente somos iguales?
J. G : Nos diferencian los condicionamientos culturales, políticos o sociales pero si consigues que un lugareño se desprenda de ellos, a veces te asombras de que sus ideas y deseos son muy parecidos a los tuyos. Hay juicios morales que nos pueden unir estemos o no de acuerdo con nuestras respectivas ideologías.
A. U. : Tu libro es un retrato ameno, divertido, lleno de anécdotas, historias, gentes, matices y colores. ¿Te has guardado alguna pincelada para ti mismo?
J. G : Se trata de un compendio de 4 viajes abarcando un período de 6 años, de 1997 a 2003, con lo cual han quedado varias cosas en el tintero, pero creo que he sido capaz de redactar lo más relevante. No obstante, y obedeciendo a un criterio ético, he obviado citar los nombres de Estela y sus familiares al igual que, por cuestión de que no me parecía importante, tampoco he citado como se llamaban los personajes oníricos de cierto sueño que tuvo.
Del mismo modo, no he mencionado una truculenta historia de narcos que si bien hubiera sido un reclamo narrativo interesante, habría faltado al respeto a unas personas que se portaron excelentemente conmigo. Las hubiese puesto en un serio compromiso y, en definitiva, habría heridos sus sentimientos... Por otro lado, yo era reacio a incluir dibujos en la obra pero me aconsejaron que podría ilustrarla con unos pocos bocetos, como meros apuntes de cuaderno de viajes. Sin exagerar, en esos cuatro viajes, habré realizado cientos de dibujos, bocetos en su mayoría y absolutamente todos se quedaron en la mesa de un restaurante, en las manos de alguien que los apreciaba, en una estación de bus, en un bar, en una casa... No me traje ni uno. Hice caricaturas, alguna ilustración pintada, retratos realistas, etc., aunque, como digo, muchos eran esbozos, bastante acabados por cierto.
A. U. : De los muchos personajes históricos que citas en tu libro, ¿a quién te hubiera gustado conocer?
J. G :¡Uf, vaya aprieto!... Lord Byron, Osa Johnson, Sir Arthur Conan Doyle, Pancho Villa, Ambrose Bierce, Robinson Crusoe, Jimmie Rodgers, Pablo Neruda, Hank Williams, etc, etc...
A. U. : Eres más que un fan, un experto en música country. Además, tu visita a Forth Worth, en Texas, es muy entretenida, una guía de supervivencia para el viajero country. Incluso te confundían con un auténtico tejano. ¿Qué sensación produce la tierra de la música country desde el punto de vista de un aficionado extranjero? O en otras palabras, ¿respondió a tus expectativas?
J. G : Respondió totalmente a mis expectativas. Recalé en ese lugar motivado por esa idea que había oído y leído que lo vinculaba con una suerte de microcosmos dedicado al country tejano. Evidentemente, en pocos sitios me he sentido tan acoplado al entorno, como en Fort Worth. El "problema" era que ante tanta oferta musical, deseaba estar en dos lugares a la vez... En mi idea de absoluta felicidad, una de las escenas es ésta: estar en un honky-tonk presenciando una buena actuación country, rodeado de gente agradable, receptiva y generosa. Si encima estoy con alguien que me atrae... El clima alcanza la perfección. No pido más.
A. U. : ¿Siempre ves algo country allí donde vas?
J. G : Es tanta mi pasión por este género, que no puedo evitarlo. Imagínate que incluso en la isla más lejana del mundo, puede encontrar el "rastro" de la country music... Siempre trato de hallar un nexo común entre conceptos aparentemente distantes.
A. U. :¿Quiénes son tus artistas favoritos de música country?
J. G : ¡Necesitaría llenar muchos folios! Teniendo en cuenta aquellos que puedo conocer mediante los testimonios de sus grabaciones, desde el inicio de la Era comercial en los 1920' hasta ahora, serían un sinfín de artistas; de todas las épocas y estilos intrínsicos en este ecléctico género. Desde luego, en cada etapa tengo mis favoritos, pero sería demasiado extenso citarlos... y mencionar unos pocos sería incompleto.
A. U. :¿A quién te hubiera gustado ver en directo?
J. G. :¡Ufffff....! Esta cuestión obedece a la misma reflexión que la anterior... Los Skillet Lickers, Charlie Poole, Hank Williams, Sons of The Pioneers, Bob Wills, Patsy Montana... Todos los programas del National Barn Dance de Chicago, del Renfro Valley, del Grand Ole Opry, del Louisiana Hayride, etc, etc...
A. U. : Volvamos a tu libro. A lo largo de sus páginas hay varias citas y relatos de carácter paranormal. ¿Cómo te enfrentas a estos fenómenos, como supercherías de pueblos anclados en el pasado o como un observador dispuesto a escuchar?
J. G. : Como curioso observador que con un juicio nada dogmático, desea conocer unas extraordinarias historias que recicladas o no, sin duda se asientan en unos fundamentos sólidos. Pese a mi escepticismo, no sólo he experimentado sucesos supuestamente paranormales sino que soy muy aficionado a toda índole de misterios. Estoy plenamente convencido de que, lo que me contaba la gente, era cierto; otra cosa es poseer el convencimiento de la procedencia de esos fenómenos o extraños relatos... La fenomenología existe pero no se si proviene del más allá, de unas leyes físicas desconocidas o de nuestra propia mente. Tal vez haya de todo un poco...
A. U. : ¿Y cómo conviven esas gentes sencillas con espíritus, leyendas mágicas y genios?
J. G. : Pues con una naturalidad que asombra. Los europeos que habitamos nichos de cemento anclados en un entorno tan materialista, tecnológico y hedonista hemos perdido ese vínculo con lo "invisible", con las fuerzas de la naturaleza. El estrés diario, los apegos a principios superficiales, la carencia de curiosidad y el dar la espalda a nuestro yo interior distanciándonos del vecino y de lo natural, provoca un alejamiento de lo mágico.
Veo una sociedad donde la tecnología ha ensanchado las posibilidades de comunicación pero la mayoría de gente habla de las mismas frivolidades, de sus apegos de siempre, de lo convencional. Intentan comunicarse por internet pero no se sinceran con el/la amigo/a, ni abren su corazón a los demás en cualquier lugar, ni se muestran sinceros sino cautelosos de no abrir demasiado su aletargada alma. Parecen exentos de las más mínimas inquietudes aferrándose a lo fácil: las modas o las tradiciones, sin buscar por sí mismos empezando por saborear el placer de estar a gusto en su soledad...
La globalización y tecnología cada vez dejan menos hueco al misterio cuando éste está dentro de nosotros. Lo ignoramos del mismo modo que tendemos a aliarnos con el rebaño, haciendo caso omiso de nuestros propios gustos y deseos; obstaculizando ese viaje hacia la felicidad que no está en el desmedido consumismo, ni en las cuatro "verdades" que imponen los poderes fácticos hechizándonos con sus ardides materialistas. Por eso, a mi cada vez me interesa más lo recóndito, lo no convencional y lo alejado del contexto urbano que aletarga las mentes inquietas. Y, en consecuencia, los relatos de esas gentes sencillas me llegan a emocionar, me transportan a un mundo donde todo es posible, donde se rebasan las limitaciones a las que tanto nos hemos acostumbrado... Es más, a la vista de las asombrosas "casualidades" de mi odisea, uno se plantea sino existe un caprichoso determinismo, un destino concreto al que accedes "libremente" pero "como conducido" por una especia de energía incomprensible...
A. U. :¿Permite la sociedad actual ir a contracorriente en este y otros aspectos de la vida?
J. G. : No. La sociedad está regida por unos poderes fácticos que manejan los hilos pero, individualmente, somos capaces de evolucionar y no dejarnos manipular. Mediante una actitud decidida, positiva, comunicativa y valiente, las personas con más nivel evolutivo pueden transmitir sus ideas a los "aletargados" y, si estos despiertan, (algunos ni lo desean, están cómodos en su condición), poco a poco y de manera pacífica, se irá culturizando la gente, tomando conciencia de que es necesario cambiar este planeta; sin demagógicas posturas "pseudoespirituales", sin violentos enfrentamientos, sin prohibiciones, sin argumentos politizados... Bastará con conocerse interiormente, sentirse generoso con el prójimo y tener fervientes ganas de cambiar el sistema.: sus gustos estandarizados, su ninguneo de la cultura en su amplia gama, sus apegos hacia lo superfluo, etc...
A. U. :¿Hay algún relato mágico que te haya puesto los pelos de punta?.
J. G. : La Leyenda de Pascualita... Llegué incluso a sugestionarme un poco. Sin embargo, lo más enigmático surgió de la persona de quien me enamoré y cuya estela está presente durante toda la obra. Creo que es muy difícil encontrar a un ser tan excepcional como esa muchacha. Tanto su actitud como lo que me contó, bien podría situarse en el guión de un escalofriante relato gótico... Verdaderamente inquietante, y lo viví en mis propias carnes... Además, semejante relación puede plantear al lector determinadas cuestiones: la idealización del ser amado, los lazos amorosos que se mantienen a distancia (en este caso, con todo el Atlántico por en medio), las costumbres autóctonas respecto a la pareja, etc... En cualquier caso, al escribir y para restar la austeridad con que se acostumbra a abordar estos temas, me gusta jugar con los personajes mitos, las leyendas urbanas... como si fueran etéreos compañeros que palian mis horas de soledad.
A. U. : Dime una hora del día para disfrutar en cada uno de estos lugares: Barcelona, Texas, México, Perú e Isla de Pascua.
J. G. : Barcelona de día, paseando por las Ramblas o el barrio Gótico; Texas a partir del atardecer; México todo el día (sin perderse las noches de Corridos y tequila), Perú desde primera hora de la mañana hasta que oscurece e Isla de Pascua lo mismo salvo cuando celebran su fiesta anual y acondicionan una área costera para disfrutar de danzas y canciones; entonces vale la pena irse a dormir tarde. He de matizar que tanto en Perú como en esta aislada ínsula, contemplar el cielo estrellado bajo la atenta mirada de las ancestrales construcciones supone una experiencia única.
A. U. : ¿Qué país te gustaría visitar en el futuro?
J. G. : Mi gran sueño sería dar la vuelta al mundo penetrando en los rincones más desconocidos pero esto es difícil... Todavía no tengo claro el próximo destino. Debo elegir un país, cuanto menos transitado de turismo mejor. O escoger una zona poco conocida, como cuando atravesé México que me centré en el Norte, la región ninguneada por las agencias turísticas de viajes españolas en favor de lo típico: playas, excursión las pirámides mayas o el zócalo del D.F con sus mariachis... No obstante, todavía me queda bastante que ver de los lugares visitados aunque no creo que repita. Busco lugares que den pié a la aventura tal como yo la entiendo: países con culturas distintas a la europea, donde habiten etnias enraizadas en sus antiguas costumbres, lugares con extensiones de terreno que uno pueda recorrer deleitándose con la variedad de su paisaje y que posean esa halo de misterio que tanto me seduce.
A. U. : ¿Te atraen las culturas orientales?
J. G. : Por supuesto, exceptuando el Islam aunque desde luego, de viajar a un país musulmán, respetaría sus creencias y tomaría notas de sus particularidades.
A. U. : ¿Algún consejo para viajar?
J. G. : Diferencio entre el turista y el viajero. Además, cada uno tiene sus particularidades. Yo, por ejemplo, poseo dos armas para combatir el tedio y relacionarme con las personas: mi facilidad para el dibujo y esa curiosidad que me otorga una gran energía traducida en entusiasmo, impulso para superar las adversidades y fuerza moral. Intento que tanto lugareños como foráneos se sientan libres y relajados a mi lado. No me gustan los consejos, pero viajar solo y a la aventura, requiere tener claro que todo es posible, que uno está expuesto a cualquier percance y que pese a ello, debe levantarse cada día con la vitalidad suficiente para conseguir experimentar experiencias novedosas, más interesantes que las de ayer si cabe. Jamás haría ese turismo de complejo hotelero, playita y excursiones programadas aunque respeto y comprendo a los turistas que eligen esta opción. Yo voy libre, a mi aire, escojo un país que por algún motivo me atrae y me lanzo a la improvisación... No llevo ni guías, tan sólo un mapa que no tardo en abandonar en cualquier sitio para dejar un hueco en mi mochila.
A. U. : ¿Qué opinas del panorama de la literatura española actual?
J. G : La verdad es que no siento demasiada atracción por los "temas estándar" que imponen las corrientes de vanguardia. Además, leo obras de autores célebres cuya historia me aburre y aprecio un vocabulario y estilo poco enriquecedor. Ante tanta temática política, de relatos costumbristas sentimentaloides, intrigas "made in Código Da Vinci", biografías de famosillos, recetas de cocina, rollos pseudoespirituales de "Nueva era", de autoayuda, etc... prefiero gozar de la inventiva de Homero, Dickens, Julio Verne o Mark Twain.
A. U. :¿Publican los que tienen más talento?
J. G : No. Conozco un poco el mundo de la música y ocurre algo parecido. Casi cualquier cosa vende con una campaña publicitaria detrás, sea el producto cualitativo o mediocre. Es más, me han comentado personas vinculadas al mundo literario que la mayoría de libros se hacen por encargo, que casi todos los premios están amañados, que las críticas de obras en los medios responden al poder de las grandes y medianas editoriales, que se encumbran escritores muy mediocres en detrimento de otros de sobrado talento, que se imponen corrientes temáticas según convenga, etc...
A. U. :¿Estás escribiendo algún libro actualmente? Háblanos de tus proyectos más inmediatos.
J. G : Estoy elaborando dos proyectos que requieren su tiempo y me gustaría emprender otra aventura viajera cuando estos hayan concluido. Me refiero a un ensayo sobre las raíces de la Country Music y un libro donde estarán dibujados la mayor parte de los artistas country más destacados de la historia comercial del género. Quiero matizar, que el ensayo contiene suficientes datos para asombrar al lector y desviarlo completamente de la imagen estereotipada que pueda tener del country....
A. U. : ¿Hacía donde se encamina Jordi Guasch como persona? Adelántanos algo de tu futuro más lejano.
J. G : Procuro evolucionar, ser mejor persona. Aspiro a aumentar mis conocimientos y mis experiencias mediante los viajes, la lectura y el trato con las personas de mi entorno. Intentar superar mi miedo a perder a los seres queridos, canalizar positivamente mi inconformismo ante el sistema; alcanzar un nivel de serenidad interior que elimine esos pequeños apegos a cosas insustanciales. Y, sobre todo, soñar... Porque la capacidad de soñar y de no perder la curiosidad, le mantienen a uno siempre joven.
"CORRIDO DEL GÜERO ERRANTE"
Colección Ginesta.
Ediciones Tarannà, Barcelona, 2006.
ISBN 84-96516-02-4
Entre sus otras actividades profesionales cabe señalar la de dibujante, caricaturista, articulista, participante de diversos programas radiofónicos, DJ o la de su principal afición, la música Country que le ha llevado a estar preparando un ensayo sobre sus raíces.
La contraportada de su último libro publicado "Corrido del Güero Errante" (de Tarannà Edicions, 2006), aunque ya tiene escrito otro libro sobre la India, ya nos advierte que este no es un libro de viajes más. Y tiene razón, de sus páginas surgen las vivencias de un ser nada convencional, los amores místicos, las legendarias sirenas, los caminos perdidos, los paisajes imposibles, las personas más auténticas y las experiencias que sólo los grandes viajeros eternos como Herodoto, Marco Polo, Joseph Conrad, Chatwin, Winston Churchill, Kipling o Thor Heyerdahl son capaces de vislumbrar.
Jordi Guasch abandona los circuitos turísticos convencionales para, mochila al hombro y sombrero cowboy calado, descubrirnos una cosmogonía de lugares más allá de nuestra consciencia, leyendas asombrosas, historias maravillosas, y estelas emocionales que van detrás de nosotros hasta atraparnos el alma y conducirnos a ver los senderos de la vida a través de los ojos de su autor, a escuchar por sus oídos la escalofriante leyenda de Pascualita, a sentir su asombro al contemplar la ciudad incaica perdida de Machupichu, a vivir el amor con el goce de la primera vez y la libertad del que sabe que sólo está de paso.
Pero hay algo más que diferencia a Jordi Guasch del viajero convencional. Allí donde va: interactúa, funde sus vastos conocimientos y experiencias sobre filosofía, historia, música o arte con su entorno, expande su rica imaginación, dibuja a las gentes y les regala su arte, charla de todo lo inimaginable con pobres y ricos, matones, borrachos y lúcidos, artistas, indígenas, amantes, locos, niños y viejos, extravagantes, políticos, revolucionarios, médicos, taxistas, cowboys... Seres humanos que aparecen en su camino y que, si no fuera por este fantástico libro, quedarían diluidos en la memoria de Jordi Guasch.
Es un libro que conviene leer o regalar y que, a buen seguro, no dejará indiferente al lector. Por eso, y por sus fuertes conexiones con la música country, recuperamos una entrevista que hicimos a Jordi Guasch con motivo del lanzamiento de su libro:
Andoni Urkiaga: ¿Quien es Jordi Guasch: un nuevo escritor, un dibujante, un experto en música country, un filósofo de la vida, un ser espiritual, un outlaw, un fan del Barça...?, ¿cómo te definirías?
Jordi Guasch: Simplemente una persona con inquietudes henchida de curiosidad a la que no le atraen los convencionalismos y siempre busca algo original, diferente, para disfrutarlo y al mismo tiempo, ofrecerlo a los demás. Soy dibujante, me encanta el arte; me considero igualmente un enamorado de la country music que investiga sus orígenes y alguien que adora escribir. Soy culé pero finalizado el espectáculo futbolístico, apenas hablo del asunto. También me gusta mucho leer, relajarme con música renacentista, barroca, un vals, un nocturno de Chopin... y ver películas, sobre todo de cine clásico: Ford, Wilder, La Cava, Houston, Curtiz, Hawks, etc... Antes jugaba a hockey y me lo pasaba estupendamente pero ahora mi único deporte es caminar.
A. U. : ¿Cómo te sientes mejor, escribiendo o dibujando?
J. G : En 1821, desde Ravenna, tres años antes de morir, Lord Byron escribió a su amigo Thomas Moore estas palabras: "Si no escribo para vaciar mi mente, enloquezco"... Yo me permito hacer mía esta reflexión añadiendo: "Y si no dibujo".
A. U. : ¿Cómo surgió la idea de escribir este libro de viajes?
J. G. : Siempre que llegaba de un viaje, me reunía con mis amigos/as explicando mis aventuras como un moderno Simbad. Todos me decían que, por su condición de ser tan poco corrientes y hasta "novelescas" o cinematográficas, debías escribirlas y probar suerte en las editoriales. Pero yo todavía era reacio a ello, sobre todo porque aún estaba en el aire una relación sentimental con alguien muy presente a lo largo de toda la obra. Cuando concluyó el ciclo de los viajes que narro, mis padres me animaron a presentarme a un concurso literario...,que a juzgar por el libro ganador, respondía a una "estrategia" sujeta a los convencionalismos imperantes.
A. U. : ¿Por qué viaja Jordi Guasch? ¿qué es lo que te impulsa a averiguar lo que hay a lo largo del camino?
J. G : Viajo para descubrir nuevas sensaciones, entornos y culturas; por mi innato anhelo de vagar sin un rumbo establecido, sintiendo esa libertad de acción que implica el dejarme llevar por el instinto de improvisación. Lo importante no es la meta sino las variopintas situaciones que surgen por el camino. Me gusta la variedad, el saborear cada instante alejándome de un entorno sedentario y urbano que me impide disfrutar de la aventura en estado puro. Me gusta vagabundear, conocer distintos perfiles humanos, maravillarme ante la belleza de un paisaje, imaginar mil historias relacionadas con determinado lugar, hayan sido romantizadas por la historia o no. Quiero estar allí, sentir la atmósfera de esos lejanos enclaves que en muchos casos, arrastran una atrayente aura de misterio... El Carpe Diem está omnipresente en cada minuto de la improvisada travesía y la ilusión por la novedad reafirma esta filosofía.
A. U. :¿Qué es lo que más te impresionó de cada país que visitaste?
J. G : Los majestuosos lienzos que perfila la naturaleza; las curiosas personalidades de algunos personajes que conocí y las historias que relataban; la cultura en general. En cuanto a lo negativo, pues los niveles de pobreza, ignorancia y delincuencia. Me di cuenta de que en casi todos los rincones visitados, coexistían dos elementos inquietantes: alcohol y religión.
A. U. :¿En qué ha cambiado Jordi Guash tras sus viajes?
J. G : No he cambiado, continúo con mi personalidad de siempre y mi filosofía de la vida, sólo que ésta, a raíz de las experiencias y conocimientos adquiridos, se ha enriquecido enormemente reforzando conceptos como la tolerancia, la generosidad, la impotencia ante las desigualdades sociales, el asombro frente a costumbres que desconocía, la calidad espiritual de ciertos individuos alejados de las comodidades más materiales, etc...
A. U. :¿Dónde termina el viaje exterior y comienza el viaje interior?
J. G : Ambos están unidos en función de dos realidades: la toma de conciencia de uno mismo cuando se enfrenta a su verdadera alma (despojada de los apegos que acechan en la cotidianeidad burguesa) en momentos de extrema soledad y el contacto con personas que con sus palabras y acciones te ayudan a evolucionar interiormente.
A. U. :¿Cómo saber qué el viaje ha terminado?
J. G : El viaje interior jamás concluye porque anida en lo más profundo de mi inagotable imaginación. El viaje físico tiene su final cuando una "vocecita" me dice que no se puede ya alargar esa situación; que lo mejor, que aquello que más se recuerda está en los episodios más breves e improvisados. Yo soy un personaje errante que, de repente, irrumpe en la vida de unos lugareños interactuando en sus quehaceres diarios. Eso no puede durar mucho porque mi propio deseo de conocer ese valle que hay más allá del horizonte, me empuja irremisiblemente a cambiar de aires...,También debo confesar que soy lo que se dice "un culito de mal asiento"... No obstante, es tal mi capacidad de observación, asimilación e intervención, y mi facilidad para meterme en situaciones increíbles, que en poco tiempo recojo mucha información...
A. U. : El viajero siempre deja algo atrás, ¿qué se ha dejado Jordi Guasch en el camino de su vida y en sus viajes?
J. G : El recuerdo de instantes irrepetibles que reposan para siempre entre mis mejores recuerdos. Aquella cena al son de una hermosa melodía, aquel beso, aquella caminata ascendiendo una montaña; el compartir conversaciones, risas, sueños, con otras personas que han nacido amparados en unas culturas tan distantes de la mía. El hecho de que si vas con una actitud optimista y honesta, mucha gente se abre a ti de tal forma que hasta te revela sus más íntimos sentimientos. Me fascina compartir momentos con personas que acabo de conocer y muy posiblemente jamás volveré a ver. Esos instantes perdurar y sus protagonistas se hacen inmortales, tanto en mi memoria como en las páginas de mi libro.
A. U. :¿Somos tan diferentes los humanos de todos los países, o básicamente somos iguales?
J. G : Nos diferencian los condicionamientos culturales, políticos o sociales pero si consigues que un lugareño se desprenda de ellos, a veces te asombras de que sus ideas y deseos son muy parecidos a los tuyos. Hay juicios morales que nos pueden unir estemos o no de acuerdo con nuestras respectivas ideologías.
A. U. : Tu libro es un retrato ameno, divertido, lleno de anécdotas, historias, gentes, matices y colores. ¿Te has guardado alguna pincelada para ti mismo?
J. G : Se trata de un compendio de 4 viajes abarcando un período de 6 años, de 1997 a 2003, con lo cual han quedado varias cosas en el tintero, pero creo que he sido capaz de redactar lo más relevante. No obstante, y obedeciendo a un criterio ético, he obviado citar los nombres de Estela y sus familiares al igual que, por cuestión de que no me parecía importante, tampoco he citado como se llamaban los personajes oníricos de cierto sueño que tuvo.
Del mismo modo, no he mencionado una truculenta historia de narcos que si bien hubiera sido un reclamo narrativo interesante, habría faltado al respeto a unas personas que se portaron excelentemente conmigo. Las hubiese puesto en un serio compromiso y, en definitiva, habría heridos sus sentimientos... Por otro lado, yo era reacio a incluir dibujos en la obra pero me aconsejaron que podría ilustrarla con unos pocos bocetos, como meros apuntes de cuaderno de viajes. Sin exagerar, en esos cuatro viajes, habré realizado cientos de dibujos, bocetos en su mayoría y absolutamente todos se quedaron en la mesa de un restaurante, en las manos de alguien que los apreciaba, en una estación de bus, en un bar, en una casa... No me traje ni uno. Hice caricaturas, alguna ilustración pintada, retratos realistas, etc., aunque, como digo, muchos eran esbozos, bastante acabados por cierto.
A. U. : De los muchos personajes históricos que citas en tu libro, ¿a quién te hubiera gustado conocer?
J. G :¡Uf, vaya aprieto!... Lord Byron, Osa Johnson, Sir Arthur Conan Doyle, Pancho Villa, Ambrose Bierce, Robinson Crusoe, Jimmie Rodgers, Pablo Neruda, Hank Williams, etc, etc...
A. U. : Eres más que un fan, un experto en música country. Además, tu visita a Forth Worth, en Texas, es muy entretenida, una guía de supervivencia para el viajero country. Incluso te confundían con un auténtico tejano. ¿Qué sensación produce la tierra de la música country desde el punto de vista de un aficionado extranjero? O en otras palabras, ¿respondió a tus expectativas?
J. G : Respondió totalmente a mis expectativas. Recalé en ese lugar motivado por esa idea que había oído y leído que lo vinculaba con una suerte de microcosmos dedicado al country tejano. Evidentemente, en pocos sitios me he sentido tan acoplado al entorno, como en Fort Worth. El "problema" era que ante tanta oferta musical, deseaba estar en dos lugares a la vez... En mi idea de absoluta felicidad, una de las escenas es ésta: estar en un honky-tonk presenciando una buena actuación country, rodeado de gente agradable, receptiva y generosa. Si encima estoy con alguien que me atrae... El clima alcanza la perfección. No pido más.
A. U. : ¿Siempre ves algo country allí donde vas?
J. G : Es tanta mi pasión por este género, que no puedo evitarlo. Imagínate que incluso en la isla más lejana del mundo, puede encontrar el "rastro" de la country music... Siempre trato de hallar un nexo común entre conceptos aparentemente distantes.
A. U. :¿Quiénes son tus artistas favoritos de música country?
J. G : ¡Necesitaría llenar muchos folios! Teniendo en cuenta aquellos que puedo conocer mediante los testimonios de sus grabaciones, desde el inicio de la Era comercial en los 1920' hasta ahora, serían un sinfín de artistas; de todas las épocas y estilos intrínsicos en este ecléctico género. Desde luego, en cada etapa tengo mis favoritos, pero sería demasiado extenso citarlos... y mencionar unos pocos sería incompleto.
A. U. :¿A quién te hubiera gustado ver en directo?
J. G. :¡Ufffff....! Esta cuestión obedece a la misma reflexión que la anterior... Los Skillet Lickers, Charlie Poole, Hank Williams, Sons of The Pioneers, Bob Wills, Patsy Montana... Todos los programas del National Barn Dance de Chicago, del Renfro Valley, del Grand Ole Opry, del Louisiana Hayride, etc, etc...
A. U. : Volvamos a tu libro. A lo largo de sus páginas hay varias citas y relatos de carácter paranormal. ¿Cómo te enfrentas a estos fenómenos, como supercherías de pueblos anclados en el pasado o como un observador dispuesto a escuchar?
J. G. : Como curioso observador que con un juicio nada dogmático, desea conocer unas extraordinarias historias que recicladas o no, sin duda se asientan en unos fundamentos sólidos. Pese a mi escepticismo, no sólo he experimentado sucesos supuestamente paranormales sino que soy muy aficionado a toda índole de misterios. Estoy plenamente convencido de que, lo que me contaba la gente, era cierto; otra cosa es poseer el convencimiento de la procedencia de esos fenómenos o extraños relatos... La fenomenología existe pero no se si proviene del más allá, de unas leyes físicas desconocidas o de nuestra propia mente. Tal vez haya de todo un poco...
A. U. : ¿Y cómo conviven esas gentes sencillas con espíritus, leyendas mágicas y genios?
J. G. : Pues con una naturalidad que asombra. Los europeos que habitamos nichos de cemento anclados en un entorno tan materialista, tecnológico y hedonista hemos perdido ese vínculo con lo "invisible", con las fuerzas de la naturaleza. El estrés diario, los apegos a principios superficiales, la carencia de curiosidad y el dar la espalda a nuestro yo interior distanciándonos del vecino y de lo natural, provoca un alejamiento de lo mágico.
Veo una sociedad donde la tecnología ha ensanchado las posibilidades de comunicación pero la mayoría de gente habla de las mismas frivolidades, de sus apegos de siempre, de lo convencional. Intentan comunicarse por internet pero no se sinceran con el/la amigo/a, ni abren su corazón a los demás en cualquier lugar, ni se muestran sinceros sino cautelosos de no abrir demasiado su aletargada alma. Parecen exentos de las más mínimas inquietudes aferrándose a lo fácil: las modas o las tradiciones, sin buscar por sí mismos empezando por saborear el placer de estar a gusto en su soledad...
La globalización y tecnología cada vez dejan menos hueco al misterio cuando éste está dentro de nosotros. Lo ignoramos del mismo modo que tendemos a aliarnos con el rebaño, haciendo caso omiso de nuestros propios gustos y deseos; obstaculizando ese viaje hacia la felicidad que no está en el desmedido consumismo, ni en las cuatro "verdades" que imponen los poderes fácticos hechizándonos con sus ardides materialistas. Por eso, a mi cada vez me interesa más lo recóndito, lo no convencional y lo alejado del contexto urbano que aletarga las mentes inquietas. Y, en consecuencia, los relatos de esas gentes sencillas me llegan a emocionar, me transportan a un mundo donde todo es posible, donde se rebasan las limitaciones a las que tanto nos hemos acostumbrado... Es más, a la vista de las asombrosas "casualidades" de mi odisea, uno se plantea sino existe un caprichoso determinismo, un destino concreto al que accedes "libremente" pero "como conducido" por una especia de energía incomprensible...
A. U. :¿Permite la sociedad actual ir a contracorriente en este y otros aspectos de la vida?
J. G. : No. La sociedad está regida por unos poderes fácticos que manejan los hilos pero, individualmente, somos capaces de evolucionar y no dejarnos manipular. Mediante una actitud decidida, positiva, comunicativa y valiente, las personas con más nivel evolutivo pueden transmitir sus ideas a los "aletargados" y, si estos despiertan, (algunos ni lo desean, están cómodos en su condición), poco a poco y de manera pacífica, se irá culturizando la gente, tomando conciencia de que es necesario cambiar este planeta; sin demagógicas posturas "pseudoespirituales", sin violentos enfrentamientos, sin prohibiciones, sin argumentos politizados... Bastará con conocerse interiormente, sentirse generoso con el prójimo y tener fervientes ganas de cambiar el sistema.: sus gustos estandarizados, su ninguneo de la cultura en su amplia gama, sus apegos hacia lo superfluo, etc...
A. U. :¿Hay algún relato mágico que te haya puesto los pelos de punta?.
J. G. : La Leyenda de Pascualita... Llegué incluso a sugestionarme un poco. Sin embargo, lo más enigmático surgió de la persona de quien me enamoré y cuya estela está presente durante toda la obra. Creo que es muy difícil encontrar a un ser tan excepcional como esa muchacha. Tanto su actitud como lo que me contó, bien podría situarse en el guión de un escalofriante relato gótico... Verdaderamente inquietante, y lo viví en mis propias carnes... Además, semejante relación puede plantear al lector determinadas cuestiones: la idealización del ser amado, los lazos amorosos que se mantienen a distancia (en este caso, con todo el Atlántico por en medio), las costumbres autóctonas respecto a la pareja, etc... En cualquier caso, al escribir y para restar la austeridad con que se acostumbra a abordar estos temas, me gusta jugar con los personajes mitos, las leyendas urbanas... como si fueran etéreos compañeros que palian mis horas de soledad.
A. U. : Dime una hora del día para disfrutar en cada uno de estos lugares: Barcelona, Texas, México, Perú e Isla de Pascua.
J. G. : Barcelona de día, paseando por las Ramblas o el barrio Gótico; Texas a partir del atardecer; México todo el día (sin perderse las noches de Corridos y tequila), Perú desde primera hora de la mañana hasta que oscurece e Isla de Pascua lo mismo salvo cuando celebran su fiesta anual y acondicionan una área costera para disfrutar de danzas y canciones; entonces vale la pena irse a dormir tarde. He de matizar que tanto en Perú como en esta aislada ínsula, contemplar el cielo estrellado bajo la atenta mirada de las ancestrales construcciones supone una experiencia única.
A. U. : ¿Qué país te gustaría visitar en el futuro?
J. G. : Mi gran sueño sería dar la vuelta al mundo penetrando en los rincones más desconocidos pero esto es difícil... Todavía no tengo claro el próximo destino. Debo elegir un país, cuanto menos transitado de turismo mejor. O escoger una zona poco conocida, como cuando atravesé México que me centré en el Norte, la región ninguneada por las agencias turísticas de viajes españolas en favor de lo típico: playas, excursión las pirámides mayas o el zócalo del D.F con sus mariachis... No obstante, todavía me queda bastante que ver de los lugares visitados aunque no creo que repita. Busco lugares que den pié a la aventura tal como yo la entiendo: países con culturas distintas a la europea, donde habiten etnias enraizadas en sus antiguas costumbres, lugares con extensiones de terreno que uno pueda recorrer deleitándose con la variedad de su paisaje y que posean esa halo de misterio que tanto me seduce.
A. U. : ¿Te atraen las culturas orientales?
J. G. : Por supuesto, exceptuando el Islam aunque desde luego, de viajar a un país musulmán, respetaría sus creencias y tomaría notas de sus particularidades.
A. U. : ¿Algún consejo para viajar?
J. G. : Diferencio entre el turista y el viajero. Además, cada uno tiene sus particularidades. Yo, por ejemplo, poseo dos armas para combatir el tedio y relacionarme con las personas: mi facilidad para el dibujo y esa curiosidad que me otorga una gran energía traducida en entusiasmo, impulso para superar las adversidades y fuerza moral. Intento que tanto lugareños como foráneos se sientan libres y relajados a mi lado. No me gustan los consejos, pero viajar solo y a la aventura, requiere tener claro que todo es posible, que uno está expuesto a cualquier percance y que pese a ello, debe levantarse cada día con la vitalidad suficiente para conseguir experimentar experiencias novedosas, más interesantes que las de ayer si cabe. Jamás haría ese turismo de complejo hotelero, playita y excursiones programadas aunque respeto y comprendo a los turistas que eligen esta opción. Yo voy libre, a mi aire, escojo un país que por algún motivo me atrae y me lanzo a la improvisación... No llevo ni guías, tan sólo un mapa que no tardo en abandonar en cualquier sitio para dejar un hueco en mi mochila.
A. U. : ¿Qué opinas del panorama de la literatura española actual?
J. G : La verdad es que no siento demasiada atracción por los "temas estándar" que imponen las corrientes de vanguardia. Además, leo obras de autores célebres cuya historia me aburre y aprecio un vocabulario y estilo poco enriquecedor. Ante tanta temática política, de relatos costumbristas sentimentaloides, intrigas "made in Código Da Vinci", biografías de famosillos, recetas de cocina, rollos pseudoespirituales de "Nueva era", de autoayuda, etc... prefiero gozar de la inventiva de Homero, Dickens, Julio Verne o Mark Twain.
A. U. :¿Publican los que tienen más talento?
J. G : No. Conozco un poco el mundo de la música y ocurre algo parecido. Casi cualquier cosa vende con una campaña publicitaria detrás, sea el producto cualitativo o mediocre. Es más, me han comentado personas vinculadas al mundo literario que la mayoría de libros se hacen por encargo, que casi todos los premios están amañados, que las críticas de obras en los medios responden al poder de las grandes y medianas editoriales, que se encumbran escritores muy mediocres en detrimento de otros de sobrado talento, que se imponen corrientes temáticas según convenga, etc...
A. U. :¿Estás escribiendo algún libro actualmente? Háblanos de tus proyectos más inmediatos.
J. G : Estoy elaborando dos proyectos que requieren su tiempo y me gustaría emprender otra aventura viajera cuando estos hayan concluido. Me refiero a un ensayo sobre las raíces de la Country Music y un libro donde estarán dibujados la mayor parte de los artistas country más destacados de la historia comercial del género. Quiero matizar, que el ensayo contiene suficientes datos para asombrar al lector y desviarlo completamente de la imagen estereotipada que pueda tener del country....
A. U. : ¿Hacía donde se encamina Jordi Guasch como persona? Adelántanos algo de tu futuro más lejano.
J. G : Procuro evolucionar, ser mejor persona. Aspiro a aumentar mis conocimientos y mis experiencias mediante los viajes, la lectura y el trato con las personas de mi entorno. Intentar superar mi miedo a perder a los seres queridos, canalizar positivamente mi inconformismo ante el sistema; alcanzar un nivel de serenidad interior que elimine esos pequeños apegos a cosas insustanciales. Y, sobre todo, soñar... Porque la capacidad de soñar y de no perder la curiosidad, le mantienen a uno siempre joven.
"CORRIDO DEL GÜERO ERRANTE"
Colección Ginesta.
Ediciones Tarannà, Barcelona, 2006.
ISBN 84-96516-02-4
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